La
contaminación ambiental que es originada por las actividades humanas ha crecido
considerablemente debido al incremento en las actividades económicas y a los
nuevos descubrimientos científicos y tecnológicos, un ejemplo claro de esto es
el automóvil, que a partir de 1885 con
el primer vehículo impulsado por motor de combustión interna con gasolina se ha
ido mejorando y aumentado el número en la producción de automóviles. Desde
entonces los niveles de toxinas en el aire ha ido en constante aumento, por lo
cual es importante poner al descubierto las características, grado de
incidencia y aumento de enfermedades (especialmente las respiratorias)
atribuidas a la exposición continua, o intermitente, a materiales tóxicos
provenientes de una contaminación ambiental en el aire.
Este incremento del uso del automóvil ha generado
diversas externalidades negativas que ponen en riesgo la viabilidad económica y
ecológica de las ciudades y del país; de las cuales destacan:
·
El
18% de las emisiones de CO2e de México son generadas por los automóviles
particulares, el cual le podría costar al país hasta el 6% del PIB si no se
toman las medidas de prevención adecuadas (Galindo, 2013). El 95% del consumo
de gasolina en México es destinado al autotransporte (Galindo, et al. 2014).
Los principales problemas de salud que genera la contaminación del aire en los
adolescentes son gripe, irritación de garganta, ardor de ojos, dolor de cabeza,
cansancio, además de trastornos en la salud respiratoria (asma).
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